Cuando oímos hablar de innovación educativa, parece que estamos hablando siempre de futuro. Parece que toda teoría pasada fue como nuestra pintura de cabecera. Me temo que esto no es así, y que la educación deseable también fue fotografiada en blanco y negro. Me temo que existió un tiempo en que toda la familia tomaba responsabilidades con la educación de los niños, que existió una escuela participativa donde el maestro no impartía conocimientos solamente, sino que acompañaba a los alumnos en el aprendizaje y se lo facilitaba. Entonces, nos preguntamos, ¿dónde estamos ahora?. Tendremos que coger pinceles para pintar nuestras casas, nuestros jardines, nuestras bibliotecas, nuestras aulas y quizá pintarlas en blanco y negro.
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